2010/04 – Don Alejandro Robaina in the International Press

22 Apr

 

AR by Milton Bernal Castro

Don Alejandro Robaina

 

Painting by Milton Bernal Castro / www.oleoytabaco.com/

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Iglesia San Joaquin
San Luis/Pinar del Rio – CubaFoto:Wikipedia

Hundreds bid Cuban cigar legend Robaina farewell

By WILL WEISSERT (AP) -19.04.2010

SAN LUIS, Cuba – Hundreds of friends and relatives bid farewell to the godfather of Cuban tobacco, who was buried Sunday in a casket adorned with a half-smoked cigar bearing his name and a yellow tobacco flower.

Alejandro Robaina, a 91-year-old legend who was the only Cuban to have a cigar brand named after him, died Saturday from cancer after doctors discovered inoperable tumors on his lungs and kidney, his grandson Hirochi Robaina said.

Wreaths of flowers filled his modest, ramshackle home and engulfed much of the surrounding porch. Four generations of family and neighbors choked back tears while greeting friends, communist officials and business associates who made the two-and-half hour drive from Havana west to San Luis in Vuelta Abajo, the region where Cuba’s finest tobacco is grown.

“You see everyone here, but also the phone hasn’t stopped ringing. There are people all over the world who are sad,” his grandson said. Photographers and television crew were prohibited from shooting at the funeral, in accordance with Robaina’s wishes.

The 34-year-old Hirochi is one of Robaina’s 10 grandchildren and has been groomed for 14 years to take over the family’s tobacco farm. Robaina is also survived by four children and 12 great-grandchildren.

In a 2002 interview, when Robaina was still 83, he told The Associated Press, “I’m going to trust in my grandchildren and my children to continue the cultivation of tobacco, but I’m not retiring.”

“I would never retire,” he said then.

On Sunday, Hirochi sat in a leather chair in a special cigar room at the farm, the “Alejandro Robaina Smoker’s Club,” and said his grandfather never did.

“You are always learning more about tobacco every day, even he was. Grandfather never stopped learning,” he said.

The room is lined with photos of the late Robaina examining dark-green tobacco leaves ready for harvest, walking his fields, smiling with a golden-brown cigar between his fingers and, of course, dragging on a stogie amid a thick, white smoke.

Robaina’s family began planting tobacco in San Luis in 1845, after immigrating from Spain, and he took up cigars when he began working the family fields at age 10 – eventually smoking for 81 years.

For decades, cigar aficionados have visited San Luis to see Robaina. Even though the dirt road to his farm has no name and there are no street numbers, everyone in town knows the way.

Strutting roosters, stray dogs and goats wander the road and the only indication that you’ve found the farm’s collection of weather-beaten wooden barns is the large, red-and-green lettering attached to one roof reading: “Plantation El Pinar Alejandro Robaina.”

Until his last days, Robaina could often be found sitting on his porch, puffing on a cigar.

Even though Fidel Castro’s 1959 revolution nationalized many large farms, Robaina was allowed to keep his land, but began producing tobacco for the state. In 1997, the Cuban tobacco monopoly Habanos SA unveiled a brand named in his honor, Vegas Robaina.

His grinning, heavily wrinkled face appears on the boxes. Today, a box of 25 of the brand’s finest cigars can go for between $300 and nearly $500.

Hirochi Robaina said his grandfather always said the most important element in growing top tobacco is not the seed or the climate, but the soil.

“The land is everything,” he said.

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Alejandro Robaina, “un campesino humilde”

Envían Fidel y Raúl ofrendas florales a su sepelio

RONALD SUÁREZ RIVAS

La Habana,19 de abril de 2010 / Granma

SAN LUIS, Pinar del Río.- En una ceremonia sencilla, como su propia vida, con ofrendas de Fidel y de Raúl, fue sepultado aquí Alejandro Robaina, el campesino prestigioso y humilde que diera nombre a una reconocida marca de tabaco.

Habiendo concluido apenas el tercer grado, pero dotado de una asombrosa inteligencia natural, Robaina llegó a convertirse en uno de los mayores conocedores de ese cultivo, dando continuidad a la tradición familiar iniciada a mediados del siglo XIX. Para muchos, fue además el mejor productor de capas (hojas con que se visten los puros) en el país y en el mundo.

Tales cualidades motivaron el nacimiento de Vegas Robaina, una marca de tabacos creada en reconocimiento a su consagración.

“Yo doné mi nombre sin interés alguno. No recibo ningún beneficio económico por ello. Que se distinga mi trabajo de esa manera es un motivo de satisfacción muy grande”, comentaría al respecto.

Tras este hecho, cuando ya rozaba los 80 años de edad, sin dejar nunca de atender su vega, Robaina devino una especie de embajador itinerante, que recorrería numerosos países promoviendo el tabaco cubano.

Al mismo tiempo, su casa se volvería un importante sitio de visitas, donde recibiría al premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, al trovador Silvio Rodríguez, entre muchas otras celebridades, y también a miles de personas anónimas de todos los rincones del orbe que manifestaron el deseo de conocerlo.

Pero su vida tuvo también pasajes menos publicitados, como el apoyo brindado al movimiento 26 de julio durante la lucha contra la dictadura batistiana y el hecho de dar refugio en su hogar a varios revolucionarios perseguidos por las hordas represivas.

Uno de ellos fue Jesús Suárez Gayol, quien luego formaría parte de la guerrilla del Che en Bolivia.

Conversador y carismático, Robaina defendió con vehemencia en todos los ámbitos la calidad del tabaco cubano, a su juicio, el mejor del mundo.

Entre muchas anécdotas, solía repetir aquella de cuando un visitante extranjero le preguntó la diferencia entre unas hojas de tabaco traídas de su país y las cosechadas en Vueltabajo. “Le dije: frótese las suyas en una mano y las mías en la otra. Comprobará que las de usted le dejaron peste y las mías aroma”.

A pesar de haber conocido los sitios más lujosos del mundo, a Alejandro Robaina siempre le fascinó un detalle de Cuba: “los turistas que llegan hasta mi casa no entienden cómo es posible que en una zona apartada como esta no falte una escuela, con sus maestros. Yo los comprendo, porque he viajado bastante y he visto cómo en otros lugares conviven al mismo tiempo la opulencia y la miseria”.

Tal vez por eso, después de compartir con muchos famosos, aparecer en la portada de importantes publicaciones, y hasta de haberle firmado un autógrafo al rockero británico Sting, el reconocido veguero pinareño siempre quiso ser recordado como “un campesino humilde”.

www.granma.cu/espanol/2010/abril/lun19/alejandro.html

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Último adiós para Alejandro Robaina, leyenda del tabaco cubano

RT | América Latina | 19 Abril de 2010 | 21:35

En una sencilla ceremonia con ofrendas de Fidel y Raúl Castro fue sepultado este domingo el productor de tabaco más famoso de Cuba, Alejandro Robaina. La ceremonia fúnebre se llevó a cabo en el municipio cubano de San Luis, tierra de las plantaciones de la marca Vegas Robaina.

Robaina fue un gran conocedor del cultivo del tabaco, cuyos secretos le fueron transmitidos por sus ancestros. Desde los 12 años, junto con su padre, se dedicó a esta actividad, dando continuidad a la tradición familiar iniciada a mediados del siglo XIX.

En honor al esfuerzo y dedicación de unas de las familias más antiguas en el cultivo de esta planta en la isla caribeña surgió la marca Vegas Robaina, una de las más reconocidas en el mundo.

“Yo doné mi nombre sin interés alguno. No recibo ningún beneficio económico por ello. Que se distinga mi trabajo de esa forma es motivo de gran satisfacción”, comentó Robaina en varias entrevistas.

Víctima de un cáncer, el veguero más distinguido falleció este sábado a los 91 años de edad, en el municipio de San Luis, donde pasó la mayor parte de su vida.

Durante años los amantes del tabaco han visitado San Luis para ver a Robaina y su casa donde recibió a visitas como las del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, el trovador Silvio Rodríguez y al actor Jackie Chan, entre otras celebridades.

El líder cubano Fidel Castro fue un asiduo fumador de sus habanos. En 2008 el cultivador fue galardonado con el Premio Especial Habano, otorgado por el Festival del Habano de Cuba, como reconocimiento al mejor veguero del mundo.

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actualidad.rt.com/actualidad/america_latina/issue_7394.html

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Fallece el célebre tabaquero Alejandro Robaina

 

Era el único cubano vivo que contaba con el privilegio de que un habano llevara su nombre

Redacción CE, Madrid | 19/04/2010

Alejandro Robaina, el único cubano vivo que contaba con el privilegio de tener un habano con su nombre ha fallecido a los 91 años de edad en la isla que lo vio nacer, crecer y disfrutar de su plantación, después de una penosa enfermedad, informó el periódico El Mundo.

Nació en Alquízar (Cuba) el 20 de marzo de 1919, entre fajos de plantas de tabaco y las manos suaves de las tabaqueras. Heredó su plantación, situada en la zona de Pinar del Rey (a 200 kilómetros de La Habana) de su padre, que la había heredado de su abuelo, un emigrante canario que empezó a comercializar puros en Cuba en 1845.

A los 12 años, ya era un trabajador habitual de la plantación. En 1962, empezó a cosechar la variedad Tapado y el gobierno de la Isla decidió comercializarla bajo el nombre de su familia: Vega Robaina, en homenaje a todos los tabaqueros anónimos cubanos. De hecho, las cajas de estos puros llevan impresa la fotografía de Robaina.

Pese a su avanzada edad, Alejandro fue incapaz de delegar sus tareas completamente en sus hijos. Seguía levantándose a las seis de la mañana, se tomaba su café y recorría la vega, vigilando y controlando cualquier problema con las plantas. “Deja una huella imborrable en la historia del tabaco en Cuba”, han asegurado algunos medios locales.

La compañía Habanos S.A. ha lamentado su pérdida y ha asegurado que “a su experiencia como agricultor hay que agregar su extraordinaria sensibilidad humana y su carisma que lo hicieron mundialmente conocido y merecedor de la condición Hombre Habano del Año 2001”.

Por su finca han pasado príncipes, reyes, republicanos, artistas, anónimos o cualquiera que quisiera escuchar cómo se hace un buen puro y cómo se disfruta

Copyright : Cubaencuentro / Madrid
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BOHEMIA

ALEJANDRO ROBAINA

El tabaco no tiene secretos

Para este agricultor la producción de puros cubanos está en el cuidado de la tierra

Por: VLADIA RUBIO y KATIA MONTEAGUDO Fotos: JUAN CARLOS GORTT

(22 de julio de 2008)

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Desde 1845 los Robaina se asentaron en los llanos de San Luis,
en Pinar del Río, paraperpetuar el oficio y el apellido
(FOTO: OSCAR SÁNCHEZ)

A Alejandro Robaina nunca le falta un buen puro torcido a mano, ni un sombrero de yarey para coronarle el rostro, tan surcado como su propia vega. Desde hace más de 70 años en las Cuchillas de Barbacoa, en los llanos vueltabajeros del municipio de San Luis, en la provincia de Pinar del Río, aprendió el hábito y el arte de cosechar exclusivísimas capas para la confección de famosos habanos cubanos, siguiendo la tradición que su padre y abuelo canario impusieron desde 1845.

“Veguero nací”, dice, mientras se balancea en uno de los sillones de su casa y aspira el humo del segundo tabaco del día. Se toma unos segundos para degustar el aroma, y comienza a hilvanar trazos de su vida. Comenta que de niño siempre tuvo un don especial para el cuidado de la tierra y los animales.

Ya no cabalga. Nunca les puso nombres a sus caballos, pero respondían al chiflido con que los convocaba. Dicen que cuando camina por el jardín de la casa, las gallinas lo persiguen como imán, al igual que un perro viejo que lo acompaña por cada rincón de sus 16 hectáreas dedicadas al cultivo del tabaco, y en las que anualmente se producen capas para cubrir entre ocho y diez millones de puros, entre los 100 ó 160 millones que el país fabrica por año.

En reconocimiento a su labor, hoy es el único veguero cubano que en vida le ha puesto su nombre a una de las marcas de habanos Premium que Cuba exporta para más de 120 países. Las seis vitolas de sus Vegas Robainas, son tan reconocidas como las de Cohíba, Partagás o H. Upmann.

Como Embajador del Habano, título con el que también se le reconoce, en los últimos 20 años de su vida ha visitado las pirámides de Egipto, la Torre Eiffel, la Puerta de Alcalá, las ruinas del Circo Romano, las Torres Petronas, entre múltiples lugares hasta donde ha llegado para hacer valer la autenticidad de los puros de esta Isla.

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Hace 80 años que fuma tabaco,gusto que comparte con no pocas celebridades de hoy y de siempre como el genial Mark Twain, Sir Winston Churchill, Sigmund Freud , Francis Ford Coppola, Robert DeNiro, Demi Moore y Whoopi Goldberg, entre muchas más

Variadas publicaciones de Cuba y el mundo lo han entrevistado, pero siempre aclara que a la fama no le hace caso. En España compartió una portada con Julio Iglesias. En una de las más recientes ediciones de Gentleman le fueron dedicadas varias páginas de la revista, con similar destaque que a Brad Pitt y George Clooney.

“Si mi trabajo me ha puesto en el lugar de los hombres más elegantes, bueno, parece que eso es cosa de la naturaleza. Cuando nuevo no tenía dinero ni para tirarme una foto”, dice y vuelve a aspirar su buen tabaco, torcido a mano por una de sus nietas.

Robaina explica que el mundo del habano es de los millonarios porque ningún pobre puede pagar 50 dólares o más por uno. “Sinceramente, me siento a gusto con la gente sencilla”, apunta y nos incita a un diálogo a seis manos, mientras envuelve al auditorio con el aromático humo que expira.

-¿Fama o respeto?

-Lo segundo. Me lo he ganado con trabajo. Mi mejor cosecha fue en medio de la plaga del moho azul en los 80, y le sigue la de este año; incluso, con el clima en contra.

-¿Quién fue su maestro?

-Todo lo aprendí de mi padre. Fue el mejor productor de tabaco en el año 1952. Tengo el pergamino que lo acredita. Por los años 19 y 20 hizo aquí las primeras terrazas. También, el ensarte bocarriba, y estimuló la siembra de tabaco con agua.

-¿Cuál es el recuerdo más remoto de su niñez?

-Yo criaba gallinitas quiquiriquí, y me pasaba todo el día tirándoles piedras a unos plátanos que eran morados, y yo creía que estaban maduros. Prácticamente no fui a la escuela. Llegué hasta tercer grado, pero fui una de las primeras personas que empezó a alfabetizar en Cuba. Diez años antes que Fidel.
“En una casa de tabaco puse unos bancos; cogí un cartón y lo pinté de prieto para la pizarra; también busqué yeso para las tizas, unas libretas… A los cuatro meses levanté una escuela de mampostería. Allí se reunieron 60 muchachos. Al año siguiente tuve que irme al Cuyaguateje y comprar guano y madera para levantar otra. Luego el Estado se hizo cargo.”

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La calidad de la hoja que cultiva es el sello que lo distingue

-¿Cuándo fue por primera vez a La Habana?

-Fui con un grupo para ver un campeonato mundial de boxeo profesional. Ese día llovió mucho y no se pudo hacer la pelea hasta el siguiente. Ganó un cubano llamado Kid Gavilán.

Dicen que hay Robainas para rato

-Tuve cinco hijos. El mayor ya falleció. Tengo 10 nietos y 12 biznietos. Quiero llegar a los 120 porque tengo tanta familia, tantos amigos, que quisiera durar para ver lo que ellos van a ser.

-¿Qué significa para usted ser cubano?

-Lo mejor de la vida.

-¿Por qué?

-Porque ahora tú puedes llegar aquí y me dices que quieres quedarte en la casa. Y si yo no tengo cama, te puedes quedar a dormir sobre una colcha en el piso, y ni las hormigas te pican. ¿Quieres una cosa más bonita que esa?

-¿Y las cubanas?

-Son muy hermosas.

-¿Se considera machista?

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Prefiere usar siempre un perforador

-No, no. Lo más que respeto es a la mujer. Es la que de verdad pasa trabajo. Deberíamos cuidarlas como a santas. Son los seres más inteligentes que hay en el mundo. Solo una mujer es capaz de sentarse en un banco y separar por tamaño, color y textura 40 clases de tabaco. Lo que tienen en la cabeza es mucho.

-¿Qué es lo que más le gusta?

-El cultivo del tabaco. Es mi vida. También estar con mi familia y mis amigos. Me gustan las cosas históricas, como aquel molino que ya tiene cien años, con un motorcito de 1918.

-¿Hay algo que no ha hecho en su vida?

-No canto, nunca me he bañado en el mar; ni me he puesto camisas de mangas cortas. Tampoco he usado zapatos sin cordones; ni me pongo calzoncillos atléticos, porque me amarran mucho.

-¿Cuándo fue la primera vez que montó en un avión?

-Cuando fui a España hace como 20 años. Me gusta viajar, pero ya estoy un poco limitado.

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El tabaco cubano constituye todo un símbolo de jerarquía dentro de la industria de la hoja,
debido a la combinación de suelo, clima y experiencia de sus productores, explica Robaina

-¿Se pone nervioso cuándo va a hablar en público?

-Como si estuviera en el portal de mi casa. En Suiza fui a una conferencia de prensa con 20 periodistas, y uno de ellos me preguntó por qué al tabaco toscano no lo pica el bicho y al cubano sí. Como un rayo le contesté que el bicho no come mierda. Mi respuesta salió en todos los periódicos.

-¿Pensó cuando muchacho que su vida iba a ser esta?

-¡Qué va! Mi primer sueño fue comprarme un caballito, y luego una bicicleta.

-¿Y luego?

-Después quise comprarme un yipecito, y tuve un Mercury muy bueno. Más tarde un Plymouth, hasta que Fidel me regaló el Lada. Bueno, no me regaló nada. Me costó 12 pesos, porque yo pago la chapa. Y fue el premio de un fórum de ciencia y técnica.

-¿A qué edad comenzó a fumar?

-A los nueve años. En la mesa del comedor mi papá tenía siempre tripas de tabaco envueltas en papel encerado, y las capas dentro de una lata. Muy de madrugada me levantaba junto con él y lo ayudaba a torcer la fuma de los trabajadores, pero escondido siempre guardaba alguno. La primera vez cogí tremenda borrachera. La pasé en una casa de ensarte para que el viejo no me viera.

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La marca Vegas Robaina está incluida entre las 30 de habanos Premiun que Cuba posee y
comercializa con más de 300 vitolas o formatos

-¿Tiene alguna costumbre?

-Me gusta usar el perforador. Tengo una fosforera muy vieja, con cortadores. Tengo otra de la marca Dupont, de oro, pero no la utilizo porque no uso prendas.

Pero fumar daña la salud y usted quiere llegar a los 120.

-Depende, si son Robainas… En Alemania tuve que dar una conferencia sobre eso, porque hay una campaña antitabaquismo. Ahí expliqué que el triunfo del habano cubano está en la manera natural con que se trabaja, en el abono ecológico que se le echa. Es un proceso muy largo, completamente manual. Está mal fumar cigarrillos, sobre todo por el papel. Es mejor que lo jóvenes fumen tabaco, y no marihuana.

-¿Lo principal para el tabaco?

-El cuido de la tierra. Hay que amarla y hacer bien las cosas. Las hojas de todo San Luis y San Juan y Martínez no saben igual a las del resto de Cuba, ni a las cosechadas en otras latitudes del mundo. Eso se debe a que el campesino cuida la tierra con materia orgánica. En el tabaco no hay nada escondido.

-¿Ha hecho algún cambio en los cultivos?

-Todos los años hago un experimento con nuevas semillas y si sale buena, se tiran al mercado. Hoy hay unas tecnologías muy buenas. Desde hace 20 años vengo hablando del cambio climático, que le hace mucho daño a este cultivo. Ya las fechas están corridas. Ahora hacemos semilleros en bandejas de poliespuma aéreas. Ahí se puede trabajar en corbata. Ya no hay que agacharse. Tenemos el fertirriego, casas de cura donde se le puede controlar la humedad.

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Desde niño hojea las páginas de la BOHEMIA

-¿Alguna vez habló con Fidel?

-Tuve una discusión con Fidel. El quería que las tierras de tabaco estuvieran en grandes cooperativas, y que yo fuera presidente de una. Pero el tabaco tiene que ser familiar. Estuvimos discutiendo 32 minutos sobre el asunto. Lo último que me dijo fue: “¡Carajo, qué viejito este!”. Nos vimos otra vez en Tropicana, en la clausura de un Festival del Habano. Me subieron al escenario junto con él. Y yo le digo: “Comandante, la primacía que tenemos en el mundo no la podemos perder”. Entonces, me tiró el brazo por encima y me dijo: “Vamos a conversar de eso, pero aquí no podemos”.

-¿Qué es el amor para Alejandro Robaina?

-Lo más grande. Sin amor nada sale bien en la vida.

-¿Qué hay que tener para ser un hombre de éxito?

-Ser cumplidor y trabajador.

-¿Y para ser elegante?

-La naturaleza

-¿Le gusta ver televisión?

-Especialmente la gimnasia rítmica. La pelota también.

-¿Escucha música? ¿Es cierto que conoció a Ricardo Arjona y a Sting?

-Me gustan las canciones viejas. No el brincoteo de ahora, ni los cantantes mal vestidos. Arjona estuvo en esta casa. A Sting lo conocí hace como 12 años, en España, con el rey Juan Carlos. Vino a mi mesa para que yo le firmara un autógrafo. Yo no sabía quién era en ese momento.

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El 70 por ciento del tabaco que se produce en Cuba se cosecha en Pinar del Río
(FOTO: E. M. CONDE)

-¿Lo visitan mucho?

-Me han visitado muchas personalidades, y siempre tengo amigos y familiares en esta casa. García Márquez se pasó un día entero y me dijo que fue uno de los más felices de su vida. Almorzamos y cenamos juntos. Hablamos de muchas cosas. Hasta aquí llegan un montón de turistas, pero a veces me tengo que esconder porque no puedo trabajar. Una vez una periodista italiana vino aquí y me dijo que yo vivía en el culo del mundo.

-¿Y usted qué le contestó?

-Sí, pero no hiede.

-¿Cuál es el lugar que le falta por ver?

-China.

-¿Hay muchos dispuestos a seguir esta tradición?

-Todo el mundo se ha ido, pero yo tengo a mi nieto Hirochi Robaina. Desde hace diez años está en la vega conmigo. Primero se hizo tabaquero en las fábricas de H. Upmann y Partagás, en La Habana. Ahí es donde se aprende de verdad. Para el veguero todas las hojas son buenas.

“En las últimas cinco cosechas Hirochi ha estado al frente de casi todo. Ya no lo llevo tan recio. Nada más de mirarlo ya él sabe lo que quiero. Llevamos dos años en el primer lugar. Y este estoy seguro de que vamos por la tercera vuelta. Tenemos para aportar del 75 al 80 por ciento de las capas de exportación en la provincia.

-¿Cómo le gustaría que lo recordaran?

-Como lo que soy. Un campesino humilde

Copyright : BOHEMIA | VLADIA RUBIO y KATIA MONTEAGUDO Fotos: JUAN CARLOS GORTT

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